LA IMAGEN MILENARIA DE CAYAMBE
LA IMAGEN
MILENARIA
DE
CAYAMBE
(sus fiestas de San Pedro y del Sol
y una breve guía informativa)
Cayambe – Ecuador
Luis Guzmán.
Primera Edición, 1997
Conocer el pasado para entender
el presente y esbozar el futuro.
(LG)
"El terruño es la patria del corazón.
La nación es la patria de la vida social.
La humanidad es la patria del ideal".
(José Ingenieros, argentino, en su libro
"Las fuerzas Morales". 1935).
Un pueblo sin memoria
es un pueblo sin historia".
(autor no identificado)
Puede ser que la historia nos la escriban
y la cuenten según las tendencias
o intereses ajenos a ella.
Puede también que
el amor a la verdad en la búsqueda
y explicación de nuestras raíces originales,
nos lleve a profundos cuestionamientos
y tengan que, por ello, derrumbarse algunos mitos.
Eso es liberador y saludable.
Lo que importa es la verdad histórica,
la verdad tan solamente, porque lo demás viene de suyo.
(LG)
Tener conciencia de nuestra identidad
es no perderla en el trayecto
de la integración.
(LG)
La grandeza de un pueblo
pequeño es su cultura.
(LG)
"Cuando un pueblo despierta,
cada paso que da es una victoria".
(García Moreno)
POR
LA IDENTIDAD DE CAYAMBE
Cayambe, ante los ojos del mundo,
tiene su propia identidad, la que ha venido configurándose a través de su
prehistoria, los hechos heroicos de sus primitivos habitantes, sus numerosos
vestigios arqueológicos, su variada riqueza folclórica y la tradicional
hospitalidad de sus nativos.
Situado entre los hemisferios Norte y
Sur, ya que por él cruza la Línea Equinoccial o Ecuador (latitud O° O'
O"), en la Región Interandina, el territorio de lo que hoy es el cantón
Cayambe, provincia de Pichincha, fue el asiento de los cayambis, un pueblo
heroico que junto a los cochasquies y caranquis, resiste tenazmente a la
invasión de Huayna Cápac, durante 17 años, al mando de Nasacota Puento, hasta
su extinción, a orillas del lago Yaguarcocha, en Imbabura.
A su innegable identidad cultural se
añade su identidad física o geográfica: su Valle del Sol en la Mitad del Mundo
-así llamado por sus poetas y cantores-, su inmenso Cerro Blanco (5.790 metros
sobre el nivel del mar), el único nevado que se levanta sobre el círculo máximo
de la Tierra, su límpido cielo azul durante el día, su clima benigno, el verdor
primaveral de sus campos, la Bola de Guachalá que caracteriza al sitio, los
demás atractivos turísticos y monumentales dispersos en la circunscripción
cantonal.
Además de lo anotado, lo más visible
de la identidad milenaria de Cayambe está en sus ya famosas fiestas de San Pedro y del Sol en la Mitad del Mundo,
nombres adoptados definitivamente por la I. Municipalidad, a través de su
Comité Permanente de Fiestas, en la histórica sesión del martes 10 de mayo de
1994, con la activa participación del Párroco P. Eduardo Moreno y del Jefe
Político de entonces, tecnólogo médico Julio Mera Guevara, y de los concejales
Cap. César Cadena Landeta y Lcdo. Oswaldo Imbago Arias. La doble nominación así
acordada se publicó en los afiches y programas de la fiesta y en los medios de
comunicación.
La identidad de Cayambe, sobre todo
en lo relacionado con la Fiesta del Sol, es parte de la identidad nacional, y
es nuestro deber cívico afirmarla, defenderla y promoverla permanentemente.
¿Pero qué es al fin la identidad?
¿Más allá de la identidad individual, hay una identidad local, provincial,
nacional y continental? A nuestro parecer, la identidad es un conjunto de
cualidades y características que les hacen diferentes a las personas o pueblos
respecto de los demás, sin que por ello esa identidad signifique una tendencia
al aislamiento o subestimación de los valores que existen en otras personas y
lugares. De aquí se desprende lo positivo de la diversidad en la perspectiva de
la integración y la solidaridad del género humano. Pensar y propugnar lo
contrario sería caer en un dañino chauvinismo. Pues, la identidad y la
integración no se contraponen, si se las entiende y enfoca bien, en armónico
equilibrio, para el desarrollo de los pueblos.
El joven poeta y teatrero ecuatoriano,
Alfonso Espinosa Andrade, de 23 años, entrevistado por el diario HOY, en torno a la
identidad nacional, expresa el 10 de noviembre de 1996:
"Esto es algo que está muy de
moda. Si eres un intelectual, un sociólogo o un periodista que se respete,
deberías haber pensado, al menos, en lo que es la identidad nacional. Lo más
claro y general es que la identidad es un elemento que te identifica con unos y
te diferencia de otros".
En su opinión (la de Alfonso
Espinosa Andrade) "el problema no resuelto de la falta de conciencia de la
identidad nacional se origina en la falta de conciencia de la identidad
existente". "Es imposible, continúa, que un conglomerado de 11
millones de personas, con una cultura, con una historia, no tenga
identidad".
Entre nosotros, Cayambe cuenta con
una identidad propia, y no prestada ni plagiada. Las fiestas de San Pedro y del
Sol son una parte de su identidad y
patrimonio cultural. Los personajes de la temporada no son el diablo -
huma, el aro chico o aricuchico y las aruchicas, como lo mencionan erróneamente
algunos periodistas desinformados o ciertos animadores de radio y conductores
de programas ocasionales. Son el diabluma (una sola pala- bra), el aruchico,
las huasicamas, así como los nombran siempre los pobladores de la región. Es
necesario respetar y preservar la verdadera fonética aborigen, la escritura y
pronunciación auténtica de las palabras primitivas, por- que en ello y en los
topónimos y antropónimos se conserva, aunque en fragmentos, una parte de
nuestra identidad.
Es posible que no menos de un
"susto" o sorpresa les causarán a ciertos lectores las reflexiones
que aquí se publican, gracias al entusiasmo de la Fundación
"Diabluma" y al auspicio generoso del I. Municipio de Cayambe;
reflexiones que entregamos sin ánimo de polemizar con nadie, pero sí con el
sano propósito de aportar al esclarecimiento de nuestra identidad milenaria,
alrededor de la cual ha de girar en el futuro la dinamia del desarrollo
económico, turístico y social del cantón, de manera mancomunada con los organismos
estatales, las instituciones de la localidad y los sectores populares.
LA
IMAGEN MILENARIA DE CAYAMBE
Hasta la subregión geográfica de esta
parte del Ecuador, el cinturón equinoccial de la zona andina (hoy los cantones
Cayambe y Pedro Moncayo), en el Norte de Pichincha, llegaron, por los cuatro
puntos cardinales, en tiempos muy remotos, los pueblos nómadas, luego los
pueblos migrantes más antiguos, de diversas culturas e idiomas, varios de los
cuales se quedaron aquí en calidad de sedentarios.
En este marco de maravillosos
encantos naturales (el nevado Cayambe, el valle, los ríos saludables, la
ubérrima llanura que se extiende al occidente y al pie del Mojanda, las tierras
fértiles y el clima benigno, el conocimiento y sensación privilegiada de estar "en la mitad del mundo", se
desarrollaron, milenios más tarde, las culturas Cayambi y Cochasquí, anteriores
a la invasión de los incas que, a través de la imposición de sus leyes,
costumbres y lengua, por la acción de sus mitmas o por disposición legal,
pretendieron borrar o acabar con la imagen o identidad primitiva de nuestros
antepasados.
Con la conquista y colonización
españolas se produce en nuestro territorio, y a lo largo de los países de
América Latina de hoy, la fusión de razas y culturas, el mestizaje étnico y
cultural, mediante los procesos de la aculturación y transculturación.
Los análisis profundos de varios
historiadores concluyen que antes del establecimiento del quichua de los incas,
en el territorio ecuatoriano, nuestros pueblos milenarios hablaban distintos
idiomas que han desaparecido. Pero la proto y prehistoria de nuestro país están
vivos, es decir sobreviven fragmentariamente en la toponimia, la fito y
zoonimia, la etnolingüística, la antroponimia, la música, mucho más allá de lo
que nos pueden informar los importantes descubrimientos y estudios
arqueológicos. Toca a los investigadores nativos, libres de las influencias
incaizantes o peruanizantes (que propugnan el retorno al Tahuantinsuyo) y
ajenos a los compromisos político- partidistas de los extremos, averiguar
serena, fría e imparcialmente la raíz propia de nuestro pasado. Hacer lo
contrario es una irresponsable manipulación o desfiguración de la identidad
histórica y cultural.
Nos guste o nos disguste, a esta
altura de los tiempos y al finalizar el siglo XX, somos una innegable realidad
mestiza étnico-cultural. La Fiesta del Sol, en Cayambe y los demás lugares del
Ecuador (no el Inti Raimi que se identifica con la fiesta del sol en el Perú),
hoy llamada de San Pedro entre nosotros, ya no es únicamente la fiesta de los
aborígenes. Se ha universalizado
de tal manera que hoy es una
fiesta de todos los que nacimos o residimos aquí: aborígenes, blancos y
mestizos.
En el camino de la historia se han
ido incorporando diversos elementos de la cultura ibero-céltica (española) y
aborigen. ¿Por qué, entonces, los multicolores disfraces de los aruchicos, los
diablumas, las chinucas, las huasicamas, los payasos, los capariches, los
soldados, el taquidor, los campanilleros, y, en la toma o "ganada" de
la plaza, la presencia de los mayorales y sirvientes que cabalgan los mejores
ejemplares de caballos y van delante de los aruchicos de cada comunidad? ¿Por
qué la banda de músicos, la vestimenta folclórica de los zamarros, las caretas,
las cintas solares, las guitarras, el churo(caracol), el cacho, el asial o
fuete pequeño, las flautas, las tundas, el arpa hasta las primeras décadas de
este siglo, los cencerros, el violín y los rondines? ¿Por qué la misa en honor
a San Pedro, las vísperas, la volatería (fuegos pirotécnicos), los globos de
papel, la elección de la Reina de Cayambe, la designación de las ñustas, la
riña de gallos, los toros populares, el desfile final de la alegría, las coplas
de las octavas con sus estrofas llenas de gracia y picardía que exaltan la
vida, el amor, la cosecha, el cobro burlesco de los diezmos y primicias hasta
el añango octava? ¿Por qué? Porque somos una realidad mestiza; somos el
encuentro y crisol de las culturas; somos la integración universal en la mitad
del mundo.
La fiesta mayor en Cayambe, la de San
Pedro y del Sol (y no la del Inti Raimi) es una fiesta agrícola y religiosa de
nuestros viejos ancestros. Lo de San Pedro desde la época de la Colonia y lo
del Sol desde los tiempos primigenios, anteriores a lo incaico. Hay en esas
fiestas dos culturas juntas: la aborigen y la castellana, sobrepuestas o
interpuestas, pero fraternalmente juntas, pues en ellas está una parte de
nuestra identidad étnico-cultural, la que hay que presentarla ante el mundo,
para nuestra promoción socio-económica, en el campo del turismo interno e
internacional.
Desde principios de la historia
humana, los pueblos de todas las razas y lenguas han sido pueblos adoradores
del dios Sol (heliólatras). El cristianismo trajo a la humanidad un nuevo y
revolucionario enfoque, con el conocimiento, amor y culto a un Ser Supremo,
eterno y omnipresente. Según esta dirección del pensamiento, el sol es apenas
una hermosa estrella del firmamento. En sus tiempos primitivos, fueron
heliólatras los griegos, los romanos, los egipcios, los chinos, los aborígenes
del continente americano. Heliólatras los mayas, los aztecas, los chibchas, los
pueblos antiguos de lo que hoy es el Ecuador, lo mismo que los incas etc.
En torno al dios sol, en
agradecimiento a él, se celebraban las fiestas agrícolas y religiosas de la
cosecha. El Inti Raimi (fiesta del sol en el Cuzco) encierra una connotación
distinta a la fiesta del sol en el Ecuador, ya que el monarca inca y sus súbditos
del Tahuantinsuyo expresaban con ella la pública gratitud por haberles dado un
buen padre llamado Manco Capac Inca. Era, como hoy entre nosotros, el Día del
Padre. Encambio en Cayambe, Cochasquí y otros lares de la Región Interandina
era el homenaje masivo del pueblo al dios sol por la abundancia de las
cosechas. Allí radica la diferencia de nuestra Fiesta del Sol respecto del Inti
Raimi del Perú. Allí encontramos nuestra propia identidad, de tal modo que no
nos hace falta pedir prestada una identidad que no nos corresponde.
Tabacundo (a pocos kilómetros al
oeste de Cayambe) celebra la Fiesta de la Cosecha (y no el Inti Raimi); a
Otavalo se lo conoce por la Fiesta del Yamor (no por el Inti Raimi); Sangolquí
ostenta su Fiesta del Maíz y del Turismo (y no el Inti Raimi); Latacunga gira
alrededor de la Fiesta de la Mama Negra (y no en torno al Inti Raimi); Guaranda
luce su Fiesta del Carnaval (y no el Inti Raimi). ¿A Cayambe no le asiste el
derecho de presentar su propia y definitiva identidad con su Fiesta de San
Pedro y del Sol en la Mitad del Mundo?
LOS
PERSONAJES DE LA FIESTA
Poco antes y después de la
conmemoración de los 500 años de la venida de los españoles o la consiguiente
"resistencia aborigen" (1992), se ha querido profundizar el estudio
del origen de la Fiesta de San Pedro y del Sol en Cayambe y darle
interpretaciones no usuales, con el riesgo de distorsionar el verdadero
simbolismo de la misma. Las versiones apresuradas de unos se debieron tal vez a
su desconocimiento del folclor de Cayambe en las décadas anteriores y las
aseveraciones de otros al posible afán de originalidad y figuración.
El maestro Benjamín Carrión opinaba
que una buena parte de nuestro pasado primigenio ha tenido que ser contado por
la rica imaginación de los autores, debido a la carencia de fuentes
documentales. En el caso de Cayambe, ¿hemos de esperar que quienes no han
conocido esta tierra ni han vivido en ella han de darnos "estudiando e
interpretando" el folclor de esta zona? ¿No sirve el aporte sencillo de
los analistas del lugar? ¿Acaso no es invalorable la versión oral de nuestros
antecesores y lo que nuestros ojos han visto desde hace más de 60 años? La
apreciable diversidad de las manifestaciones folclóricas de Cayambe se ha ido
perdiendo o desfigurando por el descuido o indolencia de los organismos o
dirigentes institucionales y sociales llamados a preservarlas y difundirlas.
¿Por qué no se ha creado aún el Departamento Municipal de Cultura, que debería
estar a cargo de un equipo de personas debidamente capacitadas para ello?
Los personajes más destacados de la
fiesta, además de San Pedro, son los bailarines o danzantes solares, el
aruchico, el diabluma y la chinuca, a los que se suman la huasicama, el
taquidor, el campanillero (cargador del cencerro), el payaso, el capariche, el
soldado, el padre religioso, el que se disfraza de oso, lobo o venado, etc.
SAN PEDRO.- Es el Santo Patrono de Cayambe, desde los lejanos tiempos de la Colonia. Su fiesta se cumple el 29 de junio. Fue instituida por resolución de la Iglesia Católica de la época, con la intención de incentivar, en forma tinosa y programada, la supresión de la "fiesta pagana del sol" entre los aborígenes de Cayambe y otros lugares, con lo cual se lograría facilitar la obra del adoctrinamiento cristiano y colaborar con mayor eficacia en la consolidación de la conquista. En las demás ubicaciones geográficas, la Iglesia Colonial impuso como patronos eclesiásticos, para el tiempo de las cosechas, los nombres de San Juan, San Pablo, San Isidro Labrador, Nuestra Señora del Carmen, etc., etc.
No se tiene el dato preciso de quien habría sido el artista que esculpió esta bella escultura de San Pedro, el apóstol Patrono de Cayambe. ¿fue algún famoso escultor español o ecuatoriano de la época colonial? Uno de los sacristanes sobrevivientes, don Alberto Gómez, cuenta que el prioste más antiguo de la fiesta era un señor Moya de la parroquia de Ayora.
El sacerdote párroco de hace algunos decenios, canónigo Manuel Antonio Acosta con motivo de la nueva erección del nuevo altar mayor del templo matriz hizo esculpir, en San Antonio de Ibarra, la imagen del apóstol, en tamaño más alto y de pie, pero el pueblo católico ha mantenido su preferencia por la imagen sentada que aquí reproducimos.
Foto: Germán Vásquez
EL NOMBRE GENÉRICO.- Los bailarines de San Pedro, los antiguos danzantes del Sol, tienen el nombre genérico de aruchicos. En el grupo de disfrazados están los diablumas, los aruchicos, las chinucas, las huasicamas, los taquidores, los campanilleros, etc.
La gente de los estratos populares
acostumbra decir: "Vamos a gustar el baile de los aruchicos",
"salgamos a ver la entrada de los aruchicos", "ya pasan los
aruchicos", sin especificar a cada uno de los personajes que integran el
grupo de los bailarines.
EL
ARUCHICO.- El vocablo aruchicu, hoy aruchico, no es quichua.
Viene de algún idioma milenario ya desaparecido. Los aruchicos son campesinos
aborígenes que bailan con frenética alegría, en grupos de cinco, ocho, diez o
más participantes cubiertos de disfraces multicolores, al son de la música
vernacular de sus instrumentos y a lo largo de los caminos, las calles, la
plaza mayor, (y en las casas de sus parientes o amistades, donde les reciben
con generosas atenciones.
Unos aruchicos "del alto"
(sector rural) se ponen caretas de malla tejida con fino alambre. Otros, en
cambio, no las usan, pero cargan sendos cencerros (12 campanillas que
significan los 12 meses del año) a la espalda o a la cintura (lado posterior).
Las camisas de los aruchicos de
antaño eran de tosco liencillo blanco y pantalones del mismo material, blancos
y anchos hasta las pantorrillas. Los que vieron nuestros ojos, en esos tiempos,
se ponían las oshotas (sandalias) de caucho resistente con correas torcidas de
cuero de res (pedazos de huasca). Hoy calzan alpargatas o suaves zapatillas
deportivas de caucho, y recubren su cuerpo con sacos de lana o gabardina o
chompas de cuero.
En las cabezas se colocan sombreros
recubiertos con cintas multicolores, que bajan desde la corona y representan
los rayos solares como el arco iris (cuichig, en quichua). En la superficie
frontal de los sombreros hay espejos, y también en las guitarras. (Son los
aruchicos de Pesillo, parroquia nororiental de Olmedo). Se informa que allí,
como en el resto de Imbabura, se llaman 'los sanjuanes".
Los aruchicos "del bajío",
especialmente de "El Llano", hoy Juan Montalvo, llevaban, hace
decenios, camisas blancas "aseñoradas", de mangas largas y cuello
alisado, elegantes pañolones de lana, cruzados por la espalda y el pecho, y de
vivos colores, sombreros de paño envueltos con pañoletas de seda, caretas de
malla con pómulos sonrosados, bigotes y cejas recargados, largas patillas
rizadas, pantalón blanco de gabardina, alpargatas blancas de cabuya y algodón,
y cada bailarín con su respectiva vigüela (guitarra).
EL ARUCHICO
Es el bailarín de la Fiesta del Sol y de San Pedro. Hasta hace algunas décadas se podía distinguir a los aruchicos de cada sector por la diversidad y colorido de sus disfraces según la comunidad de donde procedía: Pesillo, El Prado, Cajas, La Compañía de Ayora, Juan Montalvo, Chaguarpungo, Monjas, El Hato, Pisambilla, Guachalá. Hoy asistimos a la unificación de disfraces.
EL
DIABLUMA.- Diabluma es una palabra hibrida. Tiene del
castellano y del quichua: diablo y uma. Su traducción es cabeza de diablo. Es
diabluma y no diablo-uma. En una sola palabra; no en dos.
Hay quienes se encargan de
distorsionar irresponsablemente la fonética de los términos que usa el pueblo
hablante. Entre los aborígenes del norte de Pichincha y los demás habitantes de
la clase popular, nadie dice diablo- uma sino diabluma. ¿Por qué no hemos de
respetar y preservar la identidad y pronunciación del vocablo diabluma?
Lo mismo está ocurriendo con los
topónimos milenarios como Puntiatsil,
palabra que viene sufriendo una arbitraria deformación fonética. Puntiatsil es el espacio o paraje (hoy
un barrio), cercano al centro urbano de Cayambe, donde los primitivos cayambis
construyeron un hermoso templo dedicado al culto del sol y de la luna. Los
antiguos nativos pronunciaban el término con ts al final y no con ch: Puntiatsil y no Puntiachil como lo
menciona el facilismo de ciertos coterráneos y connacionales. Tampoco la silaba
final es con tz. Póngase atención a la fonética de los habitantes mayores del
sector respecto de dicho topónimo. Si tanto se predica sobre "el rescate
de la autenticidad de nuestro pueblo y sus valores", es nuestra obligación
recuperar, en lo posible, y preservar y difundir la versión fonética más
aproximada a la verdad de nuestros antecesores.
¿A quién representa el diabluma con
su doble cara, sus 12 cachos (cuernos), sus dos largas narices arqueadas, sus
lenguas sueltas? ¿Al guerrero que mira, vigila y oye por todos los lados, para
la defensa de los suyos? ¿Gracias a esta condición, sus enemigos no sabían por
dónde atacarlo? ¿No guarda el diabluma, como el colorido alegre del disfraz de
los aruchicos, algo de los danzantes del sol de los iberos y celtas, o sea de
los campesinos aborígenes de la primitiva España? ¿Tiene acaso alguna semejanza
con las diabladas de Bolivia?
Por no haber encontrado, entre los
campesinos mayores que aún vivían hace decenios, una memoria precisa del
simbolismo de las fiestas solares y sus personajes (nunca nos supieron explicar
lo que significan diabluma, aruchico y chinuca), los investigadores modernos de
aquí y de allá le quieren dar al término diabluma las más antojadizas
interpretaciones. Nadie en estas averiguaciones tiene la última palabra.
El diabluma, durante el baile, es el
jefe del grupo de aruchicos. Cubre su cabeza con un disfraz de dos caras (la
una mira hacia delante y la otra hacia a atrás). Cada una de ellas va con la
lengua afuera, este disfraz está confeccionado por las hábiles costureras, con
retazos de telas de colores combinados. El diabluma se completa con sus doce
cachos o cuernos que recuerdan los meses del año.
El diabluma de esta zona se
diferencia del de Tabacundo (cantón Pedro Moncayo) que tiene los cuernos
erectos (parados) y luce lindas bordaduras. El de Cayambe posee los cachos
caídos que al moverse al ritmo del baile aparecen como pequeños dedos
regordetes que van llamando a su grupo a un lado y al otro. Su camisa es
blanca, de manga larga y hermosos bordados en el pecho.
El zamarro es de chivo, pelaje largo
y espeso. Sus pies calzan alpargatas (esto hace decenios). En su mano derecha
sostiene un pequeño asial o fuete (látigo) y al hombro lleva el infaltable
linche (una sencilla y pequeña bolsa tejida de cordeles), para guardar las cosas
que va quitando o robando en el trayecto: las frutas, empanadas y tortillas de
las vendedoras.
El diabluma no habla nunca, mientras
está disfrazado. Se comunica solamente a través de sus graciosas señas.
EL DABLUMA
El característico diabluma uno de los danzantes solares de Cayambe.
"Es una costumbre, mediante la cual la máscara o disfraz del
diabluma y la persona que va a llevarla en su cabeza deben pasar por la
ceremonia de preparación. Hay varias formas de "purificarse"; la más
común es colocando el disfraz en un lugar tenebroso, preferentemente al pie de
una cascada o chorro de agua (paccha llaman los aborígenes). Se la deja, justo
en el golpe del chorro, aplastada con una piedra durante los ocho días
anteriores al 29 de junio.
"Las pacchas o chorros naturales
de agua, en los sitios alejados de los domicilios campesinos, son lugares
misteriosos y sagrados, en donde se cree que la máscara "se compacta con
el diablo", es decir se llena del espíritu de este personaje invisible que
protege al disfrazado durante toda la fiesta.
"Luego de retirar del agua la
máscara del diabluma, el hombre que va a disfrazarse con ella debe bañarse en
la misma paccha, en horas de la madrugada del 29 de junio, de donde saldrá
fortalecido corporal y espiritualmente para afrontar con solvencia su actuación
en las horas del baile.
"Como complemento del ritual se
aplican varios secretos, tales como soplar trago en el disfraz y fuetearlo
algunas veces, al tiempo de pronunciarle unos consejos y advertencias.
"Se acostumbra también enterrar
el zamarro del diabluma y aruchico, el rondín, la vigüela, la flauta y la
infaltable linterna, entre los matorrales cercanos a la paccha o en la
vegetación espesa de las sementeras de trigo o maíz".
LA
CHINUCA.- Es un hombre vestido de mujer y con careta (en
otras comunidades la chinuca no lleva careta). Es la "mujer" o
"esposa coqueta y
celosa del aruchico. Baila siempre cerca del aruchico, cuidando el amor
de su marido e improvisa las frases graciosas y mimos propios de la amante.
La palabra chinuca no hemos
encontrado en el Diccionario Quichua-Castellano de nuestra consulta.
Posiblemente viene de algún idioma primitivo ya desaparecido. ¿Es acaso un
vestigio lingüístico del chino?
Los atuendos de este bailarín son los
mismos de una bailarina debidamente ataviada que acompaña al aruchico. Por sus
movimientos y decires de "mujer cariñosa" despierta la risa del
público circunstante.
LA CHINUCA
Es el personaje gracioso de la fiesta sampedrina o del Sol. Es un varón disfrazado de mujer que remeda la coquetería y los celos de la esposa, amante o novia del aruchico.(Foto captada por Marcelo Guzmán Torres)
LA
HUASICAMA.- Huasicama es una palabra compuesta (huasi casa, y,
cama la que cuida o atiende) que en quichua quiere decir la que se encarga del
cuidado y atención de la casa, o sea de las personas y cosas que hay en ella.
La huasicama es una mujer auténtica
(no se llama aruchica), la bailarina sin careta, la que puede ser la verdadera
esposa del aruchico, la novia o amante, o vecina de la comunidad.
La huasicama viste camisa blanca (blusa) primorosamente bordada, fachalinas, centros de lanilla (faldas) tupidamente plisados, alpargatas de algodón y cabuya, con capelladas de color azul o rojo, zarcillos relucientes (aretes), gualcas de corales y mullos costosos, manillas de muchas vueltas, dobles sortijas o anillos en los dedos de ambas manos.
EL
TAQUIDOR.- Es taquidor y no taquiador. Viene del verbo quichua
taquir, No sabemos por qué algunos se empeñan en escribir y pronunciar
taquiador. ¿Por qué deforman irresponsablemente la fonética del quichua?
El taquidor es el aruchico que da la
voz a los demás, para que repitan en coro las frases e interjecciones que
animan el baile y el canto, a lo largo del camino o en la toma de la plaza. Es
en edad el hombre de más años que el resto de bailarines.
El taquidor, en su explosión de alegría y en sus gritos cortos que repite el coro de aruchicos, golpea con fuerza el suelo que pisa, simbolizando la posesión gozosa de su tierra nativa; la que cultiva con amor y la defiende; la tierra en la que vive, trabaja, ama, sufre y muere.
EL TAQUIDOR
Es el personaje que da la voz y orienta el canto coral de los aruchicos en sus recorridos por los caminos, las plazas y visitas a los domicilios de los familiares o amigos, durante la fiesta solar y de San Pedro. Generalmente es el hombre de más edad entre los integrantes.
EL CAMPANILLERO.- Es el aruchico cargador de las campanillas o cencerros. Va junto al grupo de aruchicos, bailando con lentos pero enérgicos movimientos de espalda y de cintura. Es el bailarín más robusto de todos que baila tocando la flauta o el rondín.
El sabio profesor cayambeño Luis H. Jarrín Tamayo opinaba que, a su parecer y según un libro que alguna vez leyó, los disfraces del baile sanpedrino de esta zona guardan cierta similitud con los que usaban los españoles de los tiempos primitivos, en los bailes del sol o de la cosecha, durante los meses de junio y julio. Dicha semejanza se hallaría en la viva diversidad del colorido en el ropaje, los zamarros de chivo, los cencerros, las vigüelas, el arpa, los violines, el canto de las coplas.
El aporte cultural de los
peninsulares, en ese aspecto, enriqueció notablemente la celebración de la
fiesta solar en Cayambe y Tabacundo, fiesta que en la actualidad es la más
vistosa y única en el Ecuador, en la que se hallan presentes nuestras raíces
propias, representadas a través de los aruchicos, diablumas y chinucas, además
de la música ancestral de los instrumentos de soplo (la flauta, la tunda, el
churo, el cacho), las comidas típicas y las bebidas que se obtienen del maíz y
del penco (la chicha y el guarango) que se sirven en el pilche o en los
recipientes pequeños que tienen el nombre de mate y coco: los dos primeros
proceden de dos clases de calabazas y el tercero de una palmera.
La América aborigen y España se
fusionaron en nuestras fiestas de San Pedro y del Sol.
LOS CAMPANILLEROS
Son los bailarines que cargan a su espalda o cintura el cencerro de doce campanillas y danzan junto al grupo de aruchicos, al son de la flauta que entona la hermosa y monótona música solar.
EL PAYASO.- Va delante del grupo o integrado a éste, para "dar la lección" en cada esquina, en forma humorística. Su voz fuerte y jocosa llena de alegría el ambiente, de tal modo que el público se divierte con sus dichos e improvisaciones.
EL
CAPARICHE.- Va junto al grupo con una escoba al hombro.
Representa al aborigen barredor de las calles públicas en las grandes y
pequeñas ciudades, durante la Colonia y en los días de la República.
En Cayambe se les llamó "los
muchilandos", término derivado del apodo que le dieron a un jornalero
municipal, sordomudo, de la parroquia de Juan Montalvo, que, en el trayecto al
trabajo o al regreso, bromeaba con los niños que estorbaban el paso,
diciéndoles: "muchilar", "muchilar", y entre sonrisas
blandía su escoba amenazándoles con barrerles como a papeles de la calle.
Muchilar significa embolsar, poner
algo en un saco de cáñamo. El vulgo le dejó con el sobrenombre de El Muchilando
y de "muchilandos" a los demás trabajadores municipales del aseo de
las calles.
EL
SOLDADO O CHAPA.- Es el personaje secundario que porta una
pequeña bandera tricolor. Si es soldado, es un militar de modesto rango que
recuerda a los combatientes de la independencia o a los que participaron en las
revoluciones de antaño o a los que intervinieron en la "guerra del
41" frente a los peruanos. Si es "chapa", es el policía que
sirve a la seguridad pública, o puede ser el elemento que rememora la represión
del poder político-administrativo.
El disfraz del resto de personajes
secundarios habla de las diferentes creencias religiosas que dejaron su huella
en el alma de las generaciones.
CANGAHUA
PRESERVA AÚN LA PUREZA DE SU FOLCLOR.
EI folclor de Cangahua es un capítulo
aparte, digno de apreciarlo y preservarlo. Podríamos decir que aún se mantiene
puro en este lugar, porque todavía no ha sufrido la velada utilización del
oportunismo político, tal como ha sucedido con el folclor de las parroquias
centrales del cantón.
Desde hace unos dos años, según nos
ha informado una entusiasta nativa, se ha comenzado a introducir el uso de
vehículos con altoparlantes que propagan la música y las coplas sampedrinas de
Cayambe, en la entrada anual de los aruchicos a la población de Cangahua, el 29
y 30 de junio.
Ese elemento extraño al folclor de la
parroquia debe ser prohibido por las autoridades y los líderes comunales del
lugar, si se quiere conservar la pureza de su manifestación folclórica, ya que
conviene valorar y respetar la música de los instrumentos ancestrales, el canto
propio y los gritos jubilosos de los bailarines aborígenes. Que se vea
libremente el colorido y se escuche el bullicio de la festividad solar, tal
como se han venido manteniendo a través de los siglos. La identidad de nuestros
pueblos no solo hay que conocerla y admirarla: hay que cuidarla y defenderla.
La extensa y productiva parroquia de
Cangahua está ubicada a continuación y al sur y oriente de la parroquia urbana
de Juan Montalvo. Se destaca en la historia nacional por la valiente participación
de sus hombres primitivos, junto a los demás cayambis, en la aguerrida defensa
del suelo patrio contra las huestes invasoras de Huayna Cápac, en las
fortalezas de Pucará de Pambamarca.
Su abundante producción agrícola,
ganadera y artesanal fue siempre extraordinaria en tiempos de la Colonia, y es
notable el aporte cultural de sus mejores hijos en la época republicana. Allí
nacieron Aquiles Pérez Tamayo, César Augusto Tamayo Medina, José Acosta
Vallejo, los Salgado, los Basantes, los Altamirano, los Morales y tantos otros.
Hay que anotar que el baile de San
Pedro o del Sol en Cangahua "es baile de hombres". Esa es su
característica. Las mujeres no bailan: sólo van tras los aruchicos a prudente
distancia, para cuidarlos y ofrecerles, en horas de hambre, el avío o cucabi
que llevan a su espalda conjuntamente con su niño en edad de lactancia.
La entrada a la plaza en esta
parroquia se la cumple en dos tardes seguidas, desde la una o dos hasta las
seis, el 29 de junio, día de San Pedro, y el 30 de junio, día de San Pablo.
En la plaza (hoy un parque en cuyo
centro se levanta el busto dedicado al profesor y poeta César Augusto Tamayo)
cada grupo de aruchicos de las distintas comunidades es dueño de un sitio fijo,
en el que nadie de otra comunidad puede bailar, porque entonces se armaría una
gran pelea a muerte. "Los 40 del muro", un grupo así llamado y
perteneciente a San Vicente Alto, posee un sitio marcado en el suelo, con un
circulo que encierra la pintura de una calavera y huesos cruzados y la palabra
"peligro".
A lo lejos, por los chaquiñanes, las
lomas y el valle, se divisa el alegre movimiento de los aruchicos que se
acercan a la ocupación de la plaza, con las armonías de sus instrumentos
tradicionales, sus cantos seculares y la vistosidad de sus disfraces. Resuenan
las flautas, las guitarras bien templadas, los rondines y cencerros que los
bailarines cargan a su espalda. Hoy ya no se tocan las tundas de los tiempos
antiguos, porque han desaparecido. Los aruchicos entran a la plaza en ritmos
alborotados con sus zamarros negros de chivo, sus pequeños asiales, los
sombreros envueltos con pañuelos de seda de color lila, rojo o amarillo y las
caretas de malla fina que sólo se ponen las chinucas.
De cada puesto de baile (un circulo o
"bomba" señalado en el suelo) es dueña una comunidad, alrededor del
cual danzan frenéticamente los aruchicos de Pambamarca, Chumillos, Pucará, San
Vicente Alto, San Vicente Bajo, Espiga de Oro, La Compañía de Cangahua,
PisanbiIla, La Libertad, Carrera, Izacata (antes Itsacata), Porotog, Guachalá,
Pingulmi, etc.
Posesionados de la plaza, los
aruchicos, chinucas, diablumas, taquidores y campanilleros bailan en torno a su
círculo, de izquierda a derecha y de derecha a izquierda (la
"vuelta"), y de rato en rato beben la chicha de jora y el aguardiente
de su botella.
La subestimación y el descuido de las
autoridades e instituciones cantonales frente a la expresión folclórica de esta
parroquia han ocasionado la pérdida de una buena parte de la riqueza cultural.
Hace varios años, el párroco de Cangahua, P. Mario Vaca, nos contaba que logró
escuchar a un aborigen anciano de la comarca una bellísima canción solar en una
lengua que no era el quichua. Fue, comentaba, una pequeña muestra del arte
musical del hombre milenario de ese sitio y de que en estos lares no se hablaba
el idioma de los incas (ingas) antes de la invasión de los cuzqueños.
Quedan pocos cencerros entre los
aruchicos del sector, nos manifiesta la señora informante; y esto se debe al
hecho de habérselos vendido a los negociantes que aprovechando la ingenuidad o
necesidad de subsistencia de los aborígenes los adquirieron para revenderlos a
los museos o a los coleccionistas, a precios apetecibles.
EL
FOLCLOR DE PESILLO
En la parroquia de Olmedo,
especialmente en Pesillo, la fiesta milenaria de la cosecha, en la actualidad y
desde la Conquista española y la Colonia se llama de San Juan, por lo que a los
danzantes solares se les denomina los sanjuanes, según la versión de uno de
nuestros informantes.
El folclor de Pesillo, por la alegre
variedad cromática de los disfraces, sobre todo por las cintas que se
desprenden de las cabezas de los aruchicos representando a los rayos solares,
los espejos colocados en las coronas de los sombreros y en la frente, lo mismo
que en las guitarras para reflejar el brillo de la claridad del día, así como
por llevar los cencerros en la parte posterior de la cintura y utilizar los
zamarros blancos de chivo, es realmente único en el Ecuador.
Las mujeres campesinas,
primorosamente vestidas con ropajes y atuendos de alto costo (faldas
tupidamente plisadas, blusas bordadas por ellas mismas, sombreros con una pluma
de ave en el cintillo, alpargatas de colores, etc.), van bailando y cantando
junto al grupo numeroso de aruchicos, diablumas, taquidores y campanilleros.
Las bailarinas de esta zona se llaman chinas y no chinucas.
Los bailes se desarrollan en dos
fechas principales: el 21 de junio, por la Fiesta del Sol y el 24 de junio por
el día de San Juan. En el caserío de Pesillo (antiguo espacio y casa de
hacienda) se concentran los bailarines de las comunidades aledañas, al ritmo de
las guitarras, flautas y cencerros. La tunda de otros tiempos ya no se oye. De
vez en cuando resuena el churo, como señal gozosa de haber ganado la plaza o
como llamada al enfrentamiento con los aruchicos de las comunidades contrarias.
Todavía se observa la presencia de la rama de gallos y la activa participación
de las mujeres (las chinas) que tocan los rondines para continuar el baile,
cuando los aruchicos (los varones) caen embriagados.
EN
LAS DEMÁS PARROQUIAS
Los bailes sanpedrinos o del Sol en
el área rural de las parroquias sureñas de Otón, Santa Rosa de Cusubamba y
Ascăzubi (especialmente en San Juan de Ascăzubi y Ascăzubi Alto) se mantienen
aún vivos, pero en menor grado que en el resto del cantón.
Los aruchicos de Ascăzubi se
disfrazan con zamarros, sombreros con pañoletas y cintas, y animan su recorrido
y baile con las guitarras y rondines, nos refiere una señorita del lugar. En el
sector urbano ya no se los ve, porque han desaparecido totalmente, añade.
En Otón y Ascázubi la fiesta antigua
de la cosecha ha sido reemplazada por la fiesta de Nuestra Señora del Carmen,
que las juntas parroquiales y respectivos comités la celebran con una misa
solemne y un gran despliegue de números deportivos y sociales, el 16 de julio.
En Santa Rosa de Cusubamba, la fiesta
mayor del año, que se cumple el 30 de agosto, está dedicada a Santa Rosa de
Lima, patrona eclesiástica del lugar.
LOS
INSTRUMENTOS MUSICALES
Los del auténtico folclor sanpedrino
y del Sol en Cayambe y sus alrededores, eran la flauta, la tunda, el cacho, el
churo, los cencerros (conjuntos de 12 campanillas de bronce, en dos hileras
horizontales de 6, sujetas a un cuero de res, con fuertes correas del mismo
material), la vigüela, el rondín, el violín y el arpa.
La música cadenciosa y profundamente alegre
y triste de la fiesta sanpedrina y solar del norte de Pichincha (Cayambe y
Pedro Moncayo) produce un impacto gratamente transformador en el espíritu de
los bailarines y del público que la escucha. Pese a su monotonía insistente,
interminable, tiene la característica inconfundible de ser siempre dulce,
bella, original, distinta de las hermosas melodías vernaculares del resto del
país.
La música de los pueblos que llegaron
a esta parte de la mitad del mundo por los cuatro puntos cardinales (incluida
la de los españoles que trajeron en las cuerdas de las vigüelas la de sus
antiguas fiestas solares) se quedó aquí, se mestizó y adquirió una identidad
propia que la ha vuelto distinta de las demás melodías ancestrales del Ecuador.
Y no sólo es el resultado de la fusión de las armonías inmigrantes de los
remotos tiempos; es ante todo el resultado del aporte creativo de los
intérpretes y compositores aborígenes y mestizos de estas comarcas.
Posiblemente a eso se debe la existencia de un buen número de autores anónimos de alegres melodías y centenares de coplas que el pueblo se apropió para la fiesta de la temporada.
FORTALEZAS DE PAMBAMARCA Y QUITOLOMA
Las fortalezas que los cayambis construyeron para defenderse de la invasión incaica. Se halla ubicada en la parroquia de Cangahua.
ATARDECER EN CAYAMBE
El templo matriz de la ciudad con el nevado Cayambe al fondo.
¿DE DÓNDE ES EL SANJUANITO?
Hasta nosotros llega un tropel de
preguntas respecto de la música festiva. ¿Qué ritmo tenía la música solar de
los aborígenes de esta parte del país, en el tiempo anterior al de los incas?
El término sanjuanito viene de las palabras San Juan, que se refieren al santo
cuya devoción se impuso en la primera época del cristianismo, en la península
Ibérica, para reemplazar a las fiestas solares de los primitivos iberos y celtas.
El ritmo alegre de los campesinos
españoles vino con la Conquista y la Colonia, enredado en las cuerdas de la
vigüela, el arpa y el violín, y se hizo alma y carne de los bailarines de
Cayambe y del Ecuador en las fiestas de la cosecha.
¿La música rebosante de las fiestas
solares de los antiguos cayambis y cochasquíes recibió el aporte tonal de la
música solar de los españoles y se fusionó de tal manera que fue
transformándose en lo que hoy se conoce, a través de varios temples o afinados
de las guitarras, en la serie de ritmos definidos que se escuchan en las
fiestas de San Juan de Pesillo, y en el resto de Cayambe y Pedro Moncayo? He
allí algunas preguntas para los investigadores etnomusicólogos del futuro.
En la entrevista con Celio Peñafiel
Moya y Camilo Torres Peñafiel, dos distinguidos artistas que cultivan la música
de las coplas sampedrinas de Cayambe, ambos nativos de la parroquia urbana de
Ayora, hemos podido conocer que hay varios temples o afinados de las guitarras
para el sanjuanito: entre otros, el sanjuán Granada y el transporte (utilizados
más en Pesillo), el Galindo, el Guanopamba y el natural, que se usan en el
resto del territorio de Cayambe y Pedro Moncayo.
¿Pero los temples denominados
Granada, Galindo y sanjuan natural no corresponden a los apellidos peninsulares
llegados hace siglos? ¿Guanopamba no es un topónimo que significaría la pampa o
planicie de Guano?
Sea como fuere la música alegrísima
de las fiestas de San Pedro y del Sol en Cayambe es ya una identidad
etnocultural de este lado del mundo.
LOS CAMBIOS
INADECUADOS Y RIESGOS
La múltiple riqueza folclórica de
Cayambe ha sufrido cambios imperceptibles y bruscos desde la aplicación
incompleta de la reforma agraria (años de los 60).
Elementos exógenos intervienen en la organización
de la "entrada" o toma de la plaza, en la Fiesta de San Pedro y del
Sol. Comienza la manipulación de las fiestas por cuenta de los funcionarios
estatales vinculados con los campesinos que participan del establecimiento de
las cooperativas agropecuarias orientadas por el IERAC. Se aprovecha de la
expresión masiva de la fiesta para exhibir en pancartas las obras
gubernamentales de la dictadura militar: la alfabetización, por ejemplo.
Hasta mediados de este siglo que se
muere, se podía apreciar la diversidad del folclor correspondiente a la fiesta
solar en nuestro medio. Se diferenciaban las comunidades campesinas en el
colorido de sus disfraces y su música. Todos sabíamos a qué lugares del cantón
pertenecían los grupos de aruchicos que bailaban y cantaban ante nuestros ojos
y oídos; fácilmente nos dábamos cuenta de dónde procedían: Pesillo y sus
alrededores, Cajas, El Prado, La Compañía (de Ayora), San José, Santo Domingo,
Anchólag, Chaguarpungo, Monjas, Huacho Huacho, El Hato, Sayaro, El Verde, Pisambilla,
Cangahua, Guachalá, El Llano (lo que hoy es Juan Montalvo).
En los años 70, unos intérpretes y
negociantes mestizos de esta urbe comienzan a grabar discos sencillos de la
música folclórica de Cayambe, únicamente con sentido comercial, recopilando las
coplas y apropiándose de la autoría anónima. El público agota las ediciones.
Los negociantes están en su "papayal". Les llegan las fáciles
ganancias.
Se homogeniza, en gran parte, la
vestimenta de los aruchicos con el hermoso colorido que lucen los disfraces de
los bailarines de Pesillo. Lo mismo pasa con la música: se unifican los ritmos
y melodías con la difusión de los discos y cassettes. Se va perdiendo la
diversidad de lo uno y de lo otro, ya que nadie institucionalmente, hasta hace
poco, ha querido tomar en serio la preservación y promoción de la riqueza
folclórica de esta tierra de Nasacota Puento.
Por un lado, los mismos intérpretes
campesinos, con sus altisonantes orquestas electrónicas que recorren las calles
y caminos, en las entradas de la rama de gallos, la toma de la plaza o las
octavas, sin dejar que se escuche con libertad y deleite la música milenaria,
volviéndola brusca y ligera, estridente, fastidiosa y cansina. Nadie dice nada
al respecto.
Por otro lado, hay la irrupción de
los comprometidos en "ideologizar" o mentalizar a las masas con una
clara tendencia andina internacional, aprovechando estas fiestas, a fin de
inducir subliminalmente hacia "la recuperación del Tahuantinsuyo",
para cuyo fin se esfuerzan por intervenir en la organización y ejecución de los
programas de fiestas, insinuando nombres ajenos al folclor de la región.
Ya en 1988, el 17 de julio, el Dr.
Carlos Alberto Coba Andrade, del Instituto Otavaleño de Antropología, manifestó
su extrañeza frente a la pérdida irreparable que estaba sufriendo la riqueza
folclórica de Cayambe.
"Nosotros, dijo, venimos atraídos por la entrada o toma de la plaza
principal por los aruchicos y diablumas, pero a ustedes les va quedando muy
poco que ofrecer, en este aspecto, porque han
permitido la inclusión de pancartas ajenas a la fiesta, ruidos estridentes de
los altoparlantes, las orquestas con grandes aparatos electrónicos en las
camionetas, camiones de frutas que estorban el paso de los aruchicos".
"Nosotros
venimos, prosiguió, con el deseo de escuchar la bellísima música de las
flautas, los rondines, las guitarras, los sonidos de las campanillas o
cencerros. Esto ya no se escucha, señor. ¿Qué les queda a ustedes del rico
folclor de Cayambe?".
Son admoniciones severas de un
antropólogo sabio y de un buen observador de los fenómenos culturales y
sociales.
LA ENTRADA, "TOMA O GANADA DE LA PLAZA"
Es la máxima demostración de la
múltiple riqueza folclórica de Cayambe y sus parroquias.
Cada año, al mediodía del 29 de
junio, se cumple, en los alrededores del parque "3 de Noviembre", la
entrada masiva y triunfal de los aruchicos, diablumas y chinucas de las
comunidades campesinas.
Su baile cadencioso y frenético, sus
disfraces característicos, sus instrumentos vernaculares, sus gritos
entusiastas y cantos de la fiesta (las coplas de hoy) son el mayor atractivo
para miles de turistas nacionales y extranjeros que nos visitan por la
temporada.
Este folclor singular, único en el
mundo, corre el riesgo de extinguirse, a causa de las caprichosas modificaciones
de los últimos años, con la introducción de elementos ajenos a la expresión
cultural por todos conocida: orquestas estridentes de música con aparatos
electrónicos, pancartas con leyendas extrañas, altoparlantes que estropean los
oídos de las personas, la imponente bandera de una respetable organización
nacional de indígenas, etc.
La I. Municipalidad, en coordinación
con las instituciones educativas y culturales y el mismo pueblo, haría bien en
procurar el rescate y preservación de la imagen o identidad de Cayambe, en este
aspecto, impidiendo la arbitraria distorsión de lo autóctono y ancestral, una
acción propiciada por los mentalizadores de proyección internacional de tipo
andino, que sueñan con retornar al Tahuantinsuyo, el antiguo imperio de los incas.
Algunos intelectuales, maestros del
lugar y ciudadanos mayores de 60, 70 y 80 años se hallan muy preocupados ante
la tendencia de ciertos jóvenes "investigadores y políticos" de
reciente cuño que "andan sueltos" desinformando o confundiendo a la
colectividad con la interpretación distinta de la Fiesta de San Pedro y del
Sol.
En forma subliminal o inconsciente se
quiere imponer el nombre de Inti Raimi al baile de los aruchicos de San Pedro,
en Cayambe, con el propósito de "concientizar" en las nuevas generaciones
la idea del retorno a las raíces incaicas, en que, según lo ha dicho uno de los
"mentalizadores", el Ecuador es sólo una provincia norteña del Perú,
cuyo imperio cuzqueño se extendió, en los tiempos antiguos, hasta una buena
parte de Colombia.
La entrada de los aruchicos, en
Cayambe, siempre ha sido alrededor de lo que hoy es el parque "3 de
Noviembre" y no en otro lugar. Averígüese a la gente mayor que aún vive.
LAS
ÑUSTAS.- Son las bellas jóvenes campesinas elegidas para
ocupar, con pleno derecho, las diversas dignidades de la Fiesta del Sol. No se
sabe si durante el año desarrollan alguna labor social en beneficio de las
comunidades y si cuentan o no con programas y apoyo económico para ello.
La ceremonia especial de tal
designación se ha comenzado a realizar en la colina arqueológica de Puntiatsil,
desde 1992, con motivo de la recordación de los "500 años de
resistencia". Puntiatsil es la colina donde antiguamente los primitivos cayambis
habían construido el templo del Sol y de la Luna. Es un lugar cercano a esta
ciudad.
LA
RAMA DE GALLOS.- Es el recuerdo de las costumbres seculares de
los colonizadores españoles. Hoy es un priostazgo anual de las comunidades
campesinas.
La rama de gallos (12 aves colgadas
de un palo) va delante del grupo de disfrazados, sostenida en los hombros de
dos bailarines (uno a cada extremo). Grandemente animados por la música
contagiosa de los instrumentos, el baile y las coplas de ocasión, todos se
dirigen, aruchicos y acompañantes, desde la casa del prioste del año hasta la
casa de quienes han de recibir la rama.
El "cargo", priostazgo o
compromiso para el año venidero se adquiere en el instante de pedir y obtener
un gallo en pie, es decir vivo, de parte del dueño de casa que recibió la rama.
Para el año siguiente, el prioste entregará, en la fecha acordada, 12 gallos
vivos pendientes de una rama que es un rústico madero de regular longitud y
lados redondeados, y lo hará en medio de la alegría y la música envolvente de
los aruchicos.
LA RAMA DE GALLOS
El "cargo" o priostazgo de la rama de gallos viene cumpliéndose desde ya lejanos tiempos de la colonia y es la ceremonia complementaria de la Fiestas San Pedrina. Dos aruchicos en compañía de los demás disfrazados, familiares y amistades, llevan en sus hombros la rama, hasta la casa de quienes han de recibirla en medio de la algarabía propia de la temporada.
EL
GALLO CAPITÁN.- Conjuntamente con la entrada y entrega de la
rama de gallos, se cumple la ceremonia con la entrega del "gallo
capitán" y una malta de chicha. Llevado generalmente por una mujer, que es
la esposa o familiar del prioste, el gallo capitán luce ataviado con adornos de
vivos colores (cintas de seda) y recubierto con billetes de curso legal.
La rama de gallos con el gallo
capitán es una "obligación" que se debe cumplir, ya que, si no se la
cumple, hay la creencia de que el comprometido sufrirá algún
"castigo" del "San Gallo". Si "le pasa la fiesta"
no le ocurrirá nada malo.
La "obligación" del dueño
de casa consiste, en cambio, en atender de lo mejor al prioste y al grupo de
bailarines con abundante comida y bebida. Así los dueños de casa, priostes y
aruchicos disfrutarán de la alegría colectiva y la amistad.
LAS
COPLAS.- La letra y la música de las antiguas coplas que
trajeron los castellanos de la Conquista y la CoIonia y las adaptaron a la
música solar de nuestros antepasados se han ido refundiendo y variando con el
transcurso de los siglos.
Hoy se interpretan las coplas
selectas que han venido creando los autores campesinos y urbanos del cantón,
saturadas del espíritu amoroso, filosófico y picaresco de la vida individual,
familiar y social del medio.
"Suena la copla coplera
tan elegante y hermosa,
picaresca y lisonjera,
sampedrina y cariñosa.
Los horizontes del mundo
se juntan en Guachalá
y en la fiesta de San Pedro
canta y baila el sol allá.
San Pedrito enamorado,
ven tus coplas a cantar.
Si las guambras te dan bola
será la de Guachalá.
Estas coplas de mi tierra
nacieron del corazón.
Ya se esparcen con el viento
por todita la nación.
San Pedro vino de España
de la mano de San Juan.
Los dos santos se adueñaron
de nuestra Fiesta del Sol.
Vengan a la Fiesta, amigos,
Muy contentos pasarán.
Las puertas de mi Cayambe
San Pedro les abrirá.
Huasicama catichupa,
cuida bien mi corazón,
pueda que menos pensado
te quedes sin tu ración.
De Tabacundo a Cayambe
hay la distancia de un paso.
De tu boquita a la mía...
sólo hace falta un abrazo.
Ama mía picardía,
picamoche le he de dar
Su ración de cada día,
ay, por mí no ha de faltar.
San Pedrito enamorado
canta en el Cielo mis coplas.
Las guambras le han preguntado.
¿Para qué, si ya no soplas?
San Pedrito bizcochero,
cayambeño singular,
no mandes el aguacero
en el tiempo de bailar.
La tierra de las octavas
Juan Montalvo es, sí, señor
Para todas soy soltero.
Para todas es mi amor.
Las coplas castellanas tomaron carta
de naturalización en Cayambe y se enraizaron en El Llano, la actual parroquia
urbana de Juan Montalvo, al sur y a continuación de esta ciudad, tornándose en
el canto folclórico de las octavas (fiestas del sol de cada fin de semana,
después de la Fiesta Mayor, la de San Pedro y del Sol, celebrada el 29 de
junio).
Razones de tipo climático,
topográfico y productivo agrícola del sector (se han dado bien el maíz, la
quinoa, las papas, los chochos, los misos, las jícamas, las plantas de la
medicina natural, los árboles de capulíes, alisos y le- cheros, la vegetación
autóctona de las pencas, chinchines, chilcas, tsímbalos, anguyuyo, etc., etc.)
y sobre todo razones de tipo humano de los nativos, por su espíritu acogedor,
sencillo y generoso, hicieron que, dada la cercanía o continuidad geográfica,
el lugar se convierta en el sitio preferido para el paseo semanal de los
vecinos de la cabecera cantonal y el intercambio consiguiente, todo lo cual, a
más del mestizaje étnico, habría permitido la fácil inserción de las coplas
castellanas en el alma sentimental, alegre y triste de los habitantes de la
comarca, durante los bailes posteriores a la Fiesta de San Pedro y del Sol.
Tal hecho influiría, siglos más
tarde, en la creación de las nuevas coplas de parte de los parroquianos y otros
autores del valle, dando origen a las famosas octavas que hoy gozan de
nombradía. Por eso a Juan Montalvo se lo
conoce ya con el nombre de "la
tierra de las octavas”
Después del "Día de San
Pedro" (29 de junio), la celebración de las octavas se extiende, semana tras
semana, hasta el domingo anterior al 10 de agosto.
LOS CASTILLOS. - Eran en nuestro medio campesino una tradición
española que se mantuvo hasta no hace mucho. Recordaba, en el fondo y de manera
simbólica, la arquitectura medieval de Europa: los castillos de las gran- des
casas de campo de los sectores feudales. Una muestra de esos viejos castillos
de Europa es el Castillo de Guachalá, que existe a pocos kilómetros al oriente
de la Bola del Mundo, el que se halla en plena restauración para el turismo nacional
y extranjero.
Los castillos formaban parte de la
fiesta veraniega de nosotros, en homenaje a San Juan y San Pedro, y quizá
también en honor a San Isidro Labrador.
Los aborígenes representaban a los
castillos con un objeto plano, triangular o rectangular, tejido de carrizos y
suspendido en la parte alta de una pared de sus modestas moradas. Del castillo
pendían frutas (plátanos, naranjas, mandarinas), mazorcas de maíz, pan, y una
que otra botella de licor.
Entre otras familias, los castillos
eran pequeños armazones piramidales y portátiles de carrizo, que se
transportaban sobre la cabeza y hombros de los priostes hasta la casa del dueño
de la fiesta.
La fiesta se la celebraba con la misa
en honor a cualquiera de los santos mencionados y se la animaba con voladores y
el infaltable baile de los aruchicos.
Cuando niños, vimos una parte de
tales ceremonias, en tres ocasiones: en Chaguarpungo (en casa de Anselmo
Ulcuango y Francisca Yango), en Huaira Guacta (hacienda EL Hato) y en Juan
Montalvo, cerca del antiguo Molino de Agua de Heriberto Maldonado Bedoya. Vimos
además que en una pequeña ventana o nicho abierto en la pared del cuarto
principal de unos campesinos se guardaba la imagen de San Juan, en escultura de
madera. "San Juancito", le llamaban con cariño. La pequeña imagen del
santo estaba de pie y se cubría con un sombrerito blanco de paja y un poncho de
seda de color rojo encendido. Además, en otra casa, vimos que conservaban con
devoción una estatuilla de madera correspondiente a San Isidro que aparecía
manejando un arado rústico halado por dos bueyes. La mano derecha del santo
sostenía una púa para arrear a sus bueyes ayugados.
EL NEVADO DE CAYAMBE, CERRO BLANCO O CAYAMBURO
Es en el Ecuador el monumento natural más hermoso y perenne levantado en la Cordillera Central de los Andes, en el punto de unión de los hemisferios Norte y Sur, a 5.790 metros sobre el nivel del mar. Los poetas, músicos y pintores se han inspirado en él para la creación de sus obras.
LA
NOMINACIÓN OFICIAL DE LAS FIESTAS.
La fiesta mayor en Cayambe, la que
atrae a miles de turistas nacionales y extranjeros, en la temporada de junio y
julio, es la de San Pedro o Fiesta del Sol en la Mitad del Mundo, nombre
definitivo acordado por resolución del Comité Permanente de Fiestas de la I.
Municipalidad, en sesión del martes 10 de mayo de 1994.
El Comité Permanente de Fiestas del
I. Municipio, en su ya histórica sesión, a la que hemos hecho referencia,
resolvió por mayoría de votos adoptar un solo nombre o identidad para esta
temporada central del año, en reconocimiento a la innegable biculturalidad del
pueblo, ya que hoy las famosas fiestas de San Pedro y de los aruchicos,
diablumas y chinucas no son sólo de los
aborígenes de esta comarca, sino de todos los habitantes nacidos y
afincados en la zona, festividad agrícola y folclórica que le da a Cayambe una
imagen propia y única ante los ojos del país y del mundo.
El Comité de Fiestas consideró que
era de su obligación decidir sobre un nombre permanente, excluyendo la frase
Inti Raimi (aunque en su traducción del quichua al castellano dice lo mismo:
Fiesta del Sol), porque el Inti Raimi como tal recuerda la fiesta propia de los
incas en el Cuzco, la antigua capital del Tahuantinsuyo; y Cayambe no es el Cuzco y aquí nadie estaría empeñado en rescatar el
imperio peruano del Tahuantinsuyo. La historia nacional no olvida tampoco que
los cayambis, conjuntamente con los cochasquíes y caranquis, dirigidos por
Nasacota Puento, jamás aceptaron la incursión de los peruanos encabezados por
Huayna Cápac. Resistieron hasta su extinción a orillas del Yaguarcocha.
El nombre dado, o sea Fiesta de San
Pedro y del Sol en la Mitad del Mundo, resume la proyección histórica,
geográfica, productiva, folclórica y turística de esta tierra de Nasacota
Puento. Bajo esta nominación oficial se publicaron los afiches y los programas
respectivos, en los medios de comunicación local y nacional.
El primer encuentro de escritores del
Norte de Pichincha, organizado por el Municipio y su Comité de Fiestas, y
reunido el 17 de abril de ese año (1994), emitió su declaración de respaldo a
la denominación definitiva de "CAYAMBE,
SAN PEDRO O FIESTA DEL SOL EN LA MITAD DEL MUNDO", en concordancia con
las raíces propias de nuestra historia", según se enfatiza en dicho
documento.
Por todo ello y por la facultad que
le da su autonomía municipal, según las disposiciones legales, Cayambe cuenta
con una doble identificación para sus fiestas vernaculares y patronales,
conforme a su invariable exigencia histórica; y es deber cívico de la
colectividad difundirla y mantenerla.
Desde el 29 de junio, en la cabecera
cantonal, y hasta la primera semana de agosto, en Juan Montalvo, que "es
la tierra de las octavas", todo es derroche de alegría y buen humor. Se
baila en las calles y en las casas del vecindario. La música y los cantos
propios de la fiesta afloran por doquiera, al son de las guitarras, flautas,
cencerros y rondines. Los aruchicos y demás personajes, con sus vistosos
atuendos, recorren en grupos, por todas partes, multiplicando su algarabía y
pronunciando colectivamente lo que exclama el taquidor:
Guata pur guata.
Guata pur guata.
Añu pur añu.
Añu pur añu.
Ay, aruchicu.
Ay, aruchicu.
Ñuca huarmigu.
Ñuca huarmigu.
Misqui shungulla.
Misqui shungulla.
Y EN LAS
OCTAVAS DE JUAN MONTALVO
Ven las octavas de Juan Montalvo, los aruchicos de pañolones cruzados,
caretas de malla o alambre fino, sombreros de paño envueltos con grandes
pañuelos de seda, además con pantalones blancos de gabardina y alpargatas
blancas de cabuya y algodón, lo mismo que con sus respectivas vigüelas
(guitarras para el lenguaje de hoy), hace más de 70 años, iban cantando en
coro, conjuntamente con las chinucas y huasicamas, las decenas de coplas
picarescas y alegres, como las que aquí reproducimos, de las que ahora ya no se
escuchan y se van perdiendo con el tiempo:
"Para entrar en esta casa
primero licencia pido,
no sea que digan mañana
a qué vino este atrevido?
"Señora, mala vecina,
no le mate al gallo blanco,
porque no habrá quien le escarbe
la matita de culantro.
"Las mujeres de este tiempo
gastan mucha fantasia,
peineta sobre peineta,
la cabeza tsia tsia".
Son esos versos tan sólo una parte
del extenso repertorio de las coplas que cantaba, con buen humor y alegría, el
recordado nativo del lugar, don José Antonio Francisco Guzmán, del barrio de La
Loma, al tiempo que tocaba el arpa, en el recorrido por las calles polvorientas
del pequeño país de las octavas, o sea Juan Montalvo. Todo esto ocurría hace
más de 70 años.
Las octavas de esta parroquia
cayambeña han adquirido tanta popularidad en el ámbito local y nacional que han
despertado una gran afluencia del turismo.
Cayambe, en su múltiple riqueza
cultural, agropecuaria, industrial, artesanal y humana, se proyecta con fe
hacia el nuevo siglo.
LA CALLE DE LAS OCTAVAS
Es "la Calle Grande" o la calle de los aruchicos de las famosas ocatavas de Juan Montalvo. Se extienden desde el barrio de La Loma pasa por La Palmira, Ishigto, La Maresca y concluye en La Unión, a orillas del río Guachalá. Al fondo y a lo lejos aparecen las alturas de Pambamarca de Cangahua, donde los cayambis milenarios construyeron sus fortalezas, para detener, durante diecisiete años, la invasión de los Incas.
(Foto cortesía de Félix Torres)
COMIDAS Y
BEBIDAS TÍPICAS.
El 29 de junio y días siguientes de
la Fiesta de San Pedro y del Sol, en Cayambe las comidas típicas son las
tortillas de papa con mote, fritada o pernil (hornado de chancho), las
empanadas de harina de trigo, papas con retazos de cuy, chochos con tostado y
rodajas de limón. La bebida ancestral es la chicha "de pura jora".
En las octavas de Juan Montalvo, se
sirven las deliciosas habas tiernas de Sayaro, Yacuchupa, El Verde, Huacho
Huacho o El Hato, acompañadas con mellocos, el caciucho (papas enteras con
pedazos de cuy, tajadas de queso, huevo y tomate, hojas de lechuga picada
menudamente, una porción de mote con ají y salsa de pepas de zambo, de zapallo
o de maní), los chochos con tostado, el mismo mote aparte, el choclo cocinado o
el choclo mote, además de la chicha "de pura jora" y el guarango.
El guarango es el licor resultante de
la fermentación del mishqui hervido (dulce de penco). Se lo brinda o vende
principalmente en las comunidades de Guachalá y Pingulmí (parroquia de
Cangahua).
En su estudio sobre las comidas y
bebidas de la Fiesta, el Dr. Puga Peña escribe:
"La comida de la fiesta se
prepara por lo menos con medio año de anticipación, tiempo necesario para la
crianza y engordamiento de los cuyes, conejos, gallinas, chanchos y ovejas, que
serán utilizados para los días festivos de San Pedro.
A ésto se suma la preparación
especial de los chochos y la selección del mejor maíz para la elaboración de la
chicha".
"LA
CHICHA”.- Se cuece la harina de jora mezclada con agua y
trozos de panela, añadiéndole varias yerbas aromáticas. El líquido debe
hervirse por lo menos tres horas. Luego se lo pone a enfriar para depositarlo
en el pondo (una vasija grande de barro), en cuyo interior es fermentado con el
"fuerte" por espacio de dos días, a fin de que la bebida adquiera
cierto grado de alcohol, para ser servido en azafates (unos recipientes de
madera), en un pequeño envase autóctono llamado pilche".
"EL
UCHUJACU”.- Colada hecha con harina de varios granos (maíz,
haba, arveja, cebada, lenteja y otros cereales semitostados). Se la condimenta
con achote (granos de color), ajo y comino, los mismos que son molidos
conjuntamente con los cereales mencionados".
"La colada se la cocina con
carne de borrego y se la sirve, en platos, con una presa de cuy, o de hornado,
retazos de huevo duro y el infaltable mote. Esta comida es de gran poder
nutritivo que proporciona las energías suficientes para poder bailar día y
noche sin descanso".
"EL
CARIUCHO O MEDIANO”.- Consiste en un preparado de papas,
mote, cuyes, gallina, queso, huevo, carne de borrego y la infaltable salsa de
pepa de zambo o zapallo. En otras ocasiones la carne de borrego es reemplazada
con el hornado.
"Todos estos deliciosos potajes
son repartidos entre los invitados, bailarines, compadres, priostes y curiosos.
Todos disfrutan en mayor o menor grado las apetecibles comidas y bebidas
típicas de las fiestas de San Pedro y del Sol" (Hasta aquí la cita).
PUNTIATSIL,
EL TEMPLO DEL SOL Y DE LA LUNA
Más allá de la simple leyenda, en la
colina de Puntiatsil, ubicada a pocas cuadras y al oriente del centro
poblacional de Cayambe, existió el templo construido por los cayambis, dedicado
a rendir culto al Sol y a la Luna, y posiblemente era también una especie de
observatorio de la astronomía milenaria.
Vestigios de ese templo todavía se
conservaban hasta el siglo XVIII. Prueba de ello se encuentra en un dibujo
elaborado por los marinos españoles Jorge Juan y Antonio Ulloa, que por ese
tiempo acompañaron a la Misión Geodésica Francesa que recorrió estas tierras
realizando sus mediciones científicas.
El templo de Puntiatsil, de forma
circular, con paredes de "adobes" ¿o eran arcilla recortada del suelo
cangahuoso, duro?, además de adoratorio servía posiblemente como observatorio
de los fenómenos solares y del tiempo.
Las ceremonias solemnes del culto a
los dioses celestes, en los días del equinoccio, habríanse desarrollado en
interior y exterior de ese templo, con la participación directa del cacique
gobernante, sus familiares y principales dirigentes comunales.
La masiva o multitudinaria
manifestación de la alegría para la iniciación de la cosecha del maíz y otros
productos (quínoa, chochos, papas, zambos, zapallos, ajíes, jícamas, misos
etc.) era y lo es hasta nuestros días en la "plaza mayor", un sitio
plano, donde se daba rienda suelta al baile de los aruchicos, chinucas y
diablumas, impulsados por su música inigualable, sus cantos amorosos y el
delicioso y embriagante licor de la chicha y el guarango. La entrada o toma de la plaza, desde entonces, ha sido siempre en lo
que hoy es el parque "3 de Noviembre".
Algún autor señala que las paredes
del templo de Puntiatsil, lo mismo que del templo de Caranqui, estaba forrado
con pan de oro y plata. Ambos templos, tras ser descubiertos por un español de
la Conquista, fueron desmantelados con la autorización de Sebastián de
Benalcázar. El material precioso se habría fundido en lingotes para
embarcárselo a España.
Una publicación suelta, distribuida
recientemente en Cayambe, con motivo del Seminario de Historia organizado por
la Municipalidad, tiene un extracto de lo escrito por Mons, González Suárez en
el capítulo "El Ecuador antes de la Conquista", del libro Historia
del Ecuador, aparecido en 1890:
"En el año 1740 estaba todavía
en pie el templo o adoratorio de Cayambe. Pues Ulloa lo visitó y lo examinó
detenidamente. Con su relación del viaje a la América Meridional se halla una
lámina que representa el edificio y la situación que ocupaba respecto del
pueblo.
"La forma era perfectamente circular con una sola puerta no muy grande. Las paredes estaban construidas de adobes duros y bien conservados y tenían casi seis varas de altura y una vara y dos tercias de espesor: el diámetro menor era de diez y nueve varas, y la extensión total del área no bajaba de sesenta. Este templo estaba en una eminencia natural como hacia el oriente de la llanura en que está edificado el pueblo actual de Cayamby".
UNA DECISION HISTORICA
Comité Ejecutivo Permanente de Fiestas
Cayambe, a 16 de mayo de 1994
Señor
Lcdo. Fausto Jarrín Zambrano, Presidente del I. Concejo.
Ciudad.
Señor Presidente:
Con el propósito de rescatar y
difundir un nombre propio, definitivo e invariable para las fiestas
tradicionales de Cayambe, el Comité Ejecutivo Permanente de Fiestas, en sesión
del martes 10 de mayo del año en curso, resolvió, por mayoría de votos, dar esta
única denominación: "CAYAMBE, SAN
PEDRO 94, FIESTA DEL SOL EN LA MITAD DEL MUNDO", comprendiendo la
realidad del mestizaje étnico-cultural producido en nuestro terruño a lo largo
de los siglos: lo castellano y lo aborigen.
La Fiesta del Sol de los Cayambis fue
una fiesta anterior al Inti Raimi de los incas que llegaron después y la
respetaron tal como era desde siempre. Adjuntamos, en Xerox copias, los
documentos que sirvieron de base para la decisión indicada.
Por lo expuesto, señor Presidente,
nos es fácil concluir que en adelante sólo se cambiará el año y no el orden del
resto de las palabras que integran el texto de la denominación.
Es todo cuanto nos place informarle,
para los fines consiguientes.
Muy atentamente,
f) Cap. César Cadena L.,
Concejal Presidente del Comité
Permanente de Fiestas".
f) Prof. Luis Guzmán,
Coordinador General
LA BOLA DE GUACHALA
Colocada al costado occidental de la vía panamericana norte, en el valle
de Cayambe, la Bola de Guachalá o la Bola del Mundo, una esfera terrestre de
pura piedra, señala el paralelo 0°0'0" o sea el paso de la Línea
Equinoccial o Ecuador. Esta bola es un símbolo muy apreciado por los habitantes
del cantón, pues forma parte de la identidad física e histórica de Cayambe.
A las puertas ya del siglo XXI,
Cayambe tiene un serio desafío: planificar e impulsar su desarrollo integral
con nuevas perspectivas, aprovechando correctamente sus importantes recursos
naturales y humanos. Una de esas perspectivas es el turismo.
El turismo en los tiempos modernos es
una actividad que, si se organiza y explota adecuadamente, rinde beneficios
múltiples a toda una comunidad local o nacional, sin causar el deterioro de la
ecología. ¿Es por esto que el turismo está considerado como una industria sin
chimeneas?
Son varios los países del mundo, que,
acosados por la creciente desocupación y pobreza de sus pueblos, han logrado
desarrollarse ampliamente alrededor del quehacer turístico.
Cayambe y el resto del sector norte
de Pichincha (nos referimos a Pedro Moncayo) pueden hallar en el turismo una
importante alternativa de desarrollo. Cuentan para ello, entre sus invalorables
recursos naturales una hermosa y variada geografía: el valle, la llanura, los
fértiles campos cultivados, sus soleadas cabeceras cantonales, las cumbres
andinas del Cayambe y del Mojanda (situados en y a los lados de la línea
ecuatorial en la mitad del mundo), así también las lagunas de Mojanda y de San
Marcos, la Bola y el Castillo de Guachalá, la antigua hacienda Miraflores donde
nació el poeta Humberto Fierro Jarrín, las fuentes de aguas termales, las
fortalezas de Cangahua en Pambamarca, los petroglifos de La Chimba, el templo
del Sol en Puntiatsil, las numerosas tolas localizadas entre Cayambe y
Tupigachi, la hacienda de Granobles, donde se supone que nació Santa Marianita
de Jesús Paredes y Flores, los campos recreacionales y huertos frutales de
Jerusalén (de Pedro Moncayo), las pirámides de Cochasquí; y, entre sus recursos
humanos, la gente amable, sencilla, alegre, laboriosa, hospitalaria; gente de
trato cálido y fraternal, heredera de una identidad milenaria propia, viviente
en su etnia y su cultura (la Cayambi y la Cochasqui): su pasado heroico, sus
fiestas solares, sus tradiciones, costumbres, leyendas, música, danza, cantos,
medicina ancestral.
No obstante haber alcanzado, en forma
global, un cierto nivel de prosperidad, por su producción agrícola, ganadera,
industrial y artesanal, Cayambe experimenta algunos problemas acuciantes, como
el éxodo del campesino y habitante suburbano a las grandes ciudades del país,
la desocupación, el subempleo, la carencia de capacitación para las profesiones
prácticas, el alcoholismo, la drogadicción de varios jóvenes, la inseguridad.
La instalación de más de un centenar de plantaciones de flores con capitales
foráneos y nacionales, en el último decenio, vino a paliar un poco la economía
de las clases populares.
El turismo tomado en serio, como
fuente generadora de empleo y seguros ingresos, podría incorporar a una buena
parte de la población urbana y rural del cantón en el afán común de atraer la
afluencia de visitantes connacionales y extranjeros, cuya presencia periódica
de algunos días o semanas, en el año, dejaría un considerable soporte
económico.
Tras la elaboración de un plan
regional de desarrollo turístico, se requiere de grandes inversiones destinadas
a impulsar la infraestructura necesaria, que es como sembrar el futuro de un
espacio geográfico.
Diversos sectores de la población
serán los beneficiaros: los dueños de restaurantes y alojamientos, los
industriales y artesanos con sus productos, los expendedores de comidas y
bebidas típicas, los agricultores, los escritores y artistas con el
ofrecimiento de sus libros, casetes y videos, los grupos folclóricos con su
música, danza y cantos singulares, los pintores, los escultores y ceramistas,
los fotógrafos, los museos particulares, los guías de turismo, etc.
No está por demás sugerir, en breves
líneas, algunas ideas sueltas orientadas a la realización de las obras de
infraestructura turística:
EN LO
MATERIAL:
Restauración de los monumentos arqueológicos.
Habilitación y mantenimiento de las vías de acceso a los sitios
turísticos.
Preservación del entorno arquitectónico de los edificios y casas de
fines del siglo anterior y de principios del presente, registrados por el
Patrimonio Artístico y Cultural.
Embellecimiento y conservación de los parques existentes y espacios
verdes..
Campaña de forestación con plantas nativas.
Rescate del cultivo de plantas medicinales vernaculares que van
extinguiéndose (la jícama, el miso, la papa tsambi, la máshua, por ejemplo).
EN SERVICIOS:
-Alojamiento suficiente para los turistas, a un costo accesible a su
economía.
-Servicio de alimentación apropiada en los restaurantes.
-Celosa preservación del sabor auténtico de las comidas y bebidas
típicas: bizcochos, empanadas,
tortillas, uchujacu, cuy, cariucho, tostado, mote, choclo mote, chochos, habas tiernas, champus,
la chicha y el guarango.
-Mantenimiento sectorizado de la seguridad pública, de día y de noche,
en el campo y la ciudad.
-Moderación en el consumo de licor en los bares, verbenas, festivales,
temporada de las octavas, tardes taurinas, riña de gallos, encuentros
deportivos.
EN LO
CULTURAL:
-Concientización del pueblo en torno a la identidad histórica y
cultural, con el conocimiento y difusión de los valores de la región.
-Elaboración de textos didácticos, sencillos y claros, sobre temas
actuales de lugar natal, para su publicación entre los profesores y
estudiantes.
-Edición actualizada de guías de turismo.
-Publicación de los libros escritos por los autores del Norte de
Pichincha.
-Promoción y difusión de lo mejor de las composiciones y cantares de los
autores nativos de la región. Organización de encuentros culturales,
seminarios, festivales con temas relacionados con los valores del lugar.
-(El seminario auspiciado por la Municipalidad de Cayambe, los días 11,
12, 13 y 14 de diciembre de 1996, en favor del conocimiento y afirmación de la
identidad histórica y cultural de la "Pequeña Nación de Nasacota
Puento" despertó algunas interrogantes e inquietudes. La intención
principal de este laudable esfuerzo de la Municipalidad fue para reunir
"méritos del área norandina ecuatoriana como patrimonio cultural de la
humanidad".
-Difusión del nombre definitivo de la fiesta anual de Cayambe (la de San
Pedro y del Sol en la Mitad del Mundo), por todos los medios de comunicación del
país, a través de los periodistas profesionales del cantón.
-Organización de ferias y exposiciones culturales.
-Inclusión de artistas cayambeños
en el programa de elección y coronación de La Reina del Cantón, previa una
democrática y adecuada selección y el justo pago a los participantes.
En los últimos años se ha subestimado
al arte de los cayambeños, al no preocuparse de posibilitar la participación de
intérpretes coterráneos en el programa central de la elección de Reina. ¿No es
posible alternar, esa noche, con algo del terruño? ¿Ha de campear el ruido
apabullante de los macro-aparatos electrónicos, y no se ha de tomar en cuenta
el arte romántico, suave y placentero de los músicos cayambeños y ecuatorianos?
-Rescate y mantenimiento de los ritmos seculares de nuestra música
folclórica (de las fiestas de San Juan, San Pedro y las octavas). La música
solar de aquí es nuestra identidad musical de siempre, cuyo ritmo corre el
peligro de perderse, por cierto, afán de distorsión que han introducido algunos
jóvenes campesinos de la actualidad.
-Celosa preservación del colorido de los disfraces y la interpretación
de los instrumentos musicales, así como el canto y la danza de las fiestas
sampedrinas y solares, porque en todo ello está latente nuestra herencia de identidad.
-Capacitación de guías de turismo, debidamente informados en la historia
y geografía de la región, lo mismo que en la expresión cultural; y que en lo
posible dominen dos o tres idiomas extranjeros, además del castellano y el
quichua.
-Instalación de puestos de información turística.
EN LAS
RELACIONES HUMANAS Y PÚBLICAS.
Un distinguido escritor y diplomático
ecuatoriano promovió alguna vez la singular campaña de la sonrisa entre los
servidores gubernamentales y el público del país y el exterior. La sonrisa, el
trato amable con todos, el respeto mutuo, los buenos modales son y deben ser
nuestra herramienta cotidiana de trabajo.
Consignamos al respecto las siguientes sugerencias:
-Amabilidad en el trato (sonreír no cuesta nada).
-Puntualidad en los compromisos.
-Coordinación adecuada y oportuna de las actividades (trabajo de
equipo).
-Capacitación permanente.
-Variedad y excelente calidad de los productos que se
ofrecen.
-Valoración de las cualidades que hay en los demás.
-etc.
RECURSOS DE
INVERSIÓN
En la empresa grande o pequeña se
necesita el recurso del capital, que proviene de fondos propios o de préstamos
estatales o privados.
La experiencia de nivel individual, familiar, nacional e internacional
nos hace ver que nos conviene ser responsables en el endeudamiento. El
endeudamiento agresivo, más allá de las posibilidades del pago puntual, siendo
una grave irresponsabilidad personal o empresarial, causa la quiebra, embargo y
desaparición de cualquier clase de actividad.
¿Por qué los países del tercer mundo van incrementando su impagable y
global deuda externa? ("deuda eterna" la llaman algunos). En parte,
por el exceso de endeudamiento y el mal uso de los recursos obtenidos en las
instituciones de crédito. Hemos adoptado, para el colmo de nuestros males, la
"cultura" de la irresponsabilidad, del derroche, de la vida fácil y
placentera. Nos duele esta verdad, pero hay que decírsela.
DE LOS
TURISTAS Y EL TURISMO
"El mundo es un libro; el que permanece en casa sólo lee una
página". (San Agustín).
Dicen los diccionarios:
Tour
(inglés) = viaje de turismo, excursión, recorrido// viajar por, recorrer;
viajar por placer.
Turismo:
afición a viajar por gusto de visitar y conocer un país// organización de
medios conducentes a facilitar estos viajes.
Turista:
persona que recorre un país por distracción y para conocerlo.
Turista:
persona que recorre un país con fines recreativos.
Turista:
(del inglés tourist): persona que recorre un país por distracción y recreo.
Turista:
el que viaja por su gusto.
BIENVENIDOS A
CAYAMBE
Bienvenidos a Cayambe, el Valle y la
Ciudad del Sol en la Mitad del Mundo, la tierra milenaria de Nasacota Puento,
Mama Sucta, Dolores Cacuango, Jesús Gualavisí, Humberto Fierro Jarrín, Sergio
Mejía Aguirre, David Manangón, Gabriel Meza Velásquez y tantos otros ciudadanos
ilustres.
Bienvenidos a la cuna de los
legendarios cayambis, que junto a los cochasquíes y caranquis resistieron
heroicamente a la invasión incásica en defensa de la integridad geográfica y
cultural de su primitiva nación, la que hoy forma parte de la nación
ecuatoriana.
Bienvenidos a los turistas nacionales
y extranjeros que nos visitan periódicamente, atraídos por la belleza de
nuestro paisaje, la benignidad del clima, la singularidad de nuestro folclor y
la sencillez de nuestras costumbres. Que su permanencia entre nosotros sea
grata.
Bienvenidos a nuestros coterráneos
residentes en el país y en distintos lugares del mundo.
Los cayambeños ausentes nunca olvidan
a su tierra nativa, y de año en año la visitan durante las fiestas patronales
de San Pedro y del Sol, para recordar con efusión sus mejores días de niñez y
juventud.
¡Salud, amigos y hermanos!
BREVE
GUIA INFORMATIVA
EL
NOMBRE DE CAYAMBE.- Viene de Cayambi, vocablo
procedente de un antiguo idioma ya desaparecido. Unos dicen que pertenece a la
lengua cayapa. Al parecer este topónimo recuerda el nombre del cacique Cayambi,
uno de los cuatro fundadores milenarios del pueblo primitivo de los cayambis,
según una leyenda.
Cayambe o Cayambi podría significar
la tierra de los cayambis o también río del Sol. Es tarea de los etnolingüista
averiguar y darnos el significado más acertado y aceptable.
CANTONIZACIÓN:
el 23 de Julio de 1883. Su cabecera cantonal es la ciudad de Cayambe. Tiene
tres parroquias urbanas (Ayora, Cayambe y Juan Montalvo) y cinco parroquias
rurales (Olmedo, Cangahua, Otón, Santa Rosa de Cusubamba y Ascázubi).
EXTENSIÓN
TERRITORIAL: 1.350 km2.
LÍMITES:
por el norte, la provincia de Imbabura; por el sur, el cantón Quito; por el
este, las provincias de Sucumbios y El Napo; y por el occidente, el cantón
Pedro Moncayo.
LA CIUDAD.-
Cayambe, la cabecera cantonal, hoy llamada también la Ciudad del Sol en la
Mitad del Mundo, está a una distancia aproximada de 75 km., al norte de Quito,
desde Carcelén, en el tiempo de 1 hora y 15 minutos.
ALTITUD:
2.850 metros sobre el nivel del mar.
LATITUD:
0° 0'0".
TEMPERATURA
MEDIA: 16° C. (en el valle).
CLIMA:
benigno; frío, templado y seco, según los pisos.
POBLACIÓN:
Total de 55.051 habitantes (dato del INEC, en su proyección de la población
cantonal para 1997).
En la cabecera cantonal hay 20.000 habitantes (dato aproximado).
COMPOSICIÓN
ÉTNICA: aborígenes, mestizos y blancos.
EL NEVADO
CAYAMBE: Ubicado en la unión de los hemisferios Norte y Sur
(latitud 0°0'0") y a 5.790 metros de altura sobre el nivel del mar.
FUENTES
HIDROLÓGICAS: algunos manantiales de agua termal y vertientes
de agua fresca y dulce.
CAMINOS.-
Vías de acceso: al refugio del nevado Cayambe, a la colina del templo del Sol
en Puntiatsil, a la laguna de San Marcos, a Cangahua, Oyacachi y otros lugares
de atracción turística, desde la Panamericana Norte y la cabecera cantonal.
PRODUCCIÓN
AGRÍCOLA: cereales, legumbres, tubérculos, pastos, hortalizas,
flores (en las plantaciones), frutales autóctonos, etc.
PRODUCCIÓN
PECUARIA: ganado vacuno, lanar, avícola, porcino, etc.
PRODUCCIÓN
INDUSTRIAL: lácteos y derivados, harina y derivados.
PRODUCCIÓN
ARTESANAL: calzado de cuero ("botas españolas"),
muebles, confecciones y bordados folclóricos, reproducción de piezas
arqueológicas en piedra, juguetería en tamo, etc.
HORNOS DE
BIZCOCHOS: En la cabecera cantonal existen numerosos hornos de
bizcochos.
LIMENTOS
TÍPICOS: bizcochos, quesos de mesa, quesos de hoja, yogur,
pan, comidas ancestrales.
CENTROS
EDUCACIONALES: jardines de infantes, escuelas y colegios
estatales y particulares.
MEDIOS DE
COMUNICACIÓN SOCIAL: Radiodifusora "Ecos de
Cayambe", Radio "Sensación" (está en receso, talvez definitivo)
y Radio "Mensaje".
Con capacitación académica: profesionales de varias ramas.
EN EL
QUEHACER CULTURAL: educadores, historiadores, poetas,
periodistas, relatistas, compositores, intérpretes, pintores, ceramistas.
EN LO
FOLCLÓRICO: Grupos "Nanpi", "Tradicional",
"Diabluma", "Aruchico", "Experimental" y
conjuntos folklóricos del medio campesino.
IGLESIAS:
En la cabecera cantonal, la Matriz de San Pedro de Cayambe, la capilla de los
religiosos salesianos, la capilla del Divino Niño y varios templos de la
tendencia evangélica.
MUSEOS:
tres de propiedad privada (dos arqueológicas, la del CICAY, del Sr. Pablo
Guaña, y la de sitio en el Barrio Puntiatsil, del Sr. Marco Sandoval) y uno
fotográfico y fílmico, del Sr. Edgar Ramírez.
BIBLIOTECAS:
la municipal y de los colegios y escuelas del lugar.
COOPERATIVAS:
de ahorro y crédito, de consumo, de transportes, de producción, etc.
OTRAS
INSTITUCIONES DE CRÉDITO: una mutualista, uno del estado, una
agencia del Banco de La Vivienda y sucursales de bancos particulares.
ATENCIÓN Y
ALOJAMIENTO: hosterías, restaurantes, dos hoteles y algunos
alojamientos.
PARQUES:
tres en la ciudad: el "3 de Noviembre (en el centro), el "Rubén
Rodríguez" (al occidente) y el recreacional "Yasnán" (al sur).
ESPACIOS
DEPORTIVOS: Estadio de Liga Deportiva, Coliseo Centenario de
Deportes y canchas adyacentes.
PLAZA DE
TOROS: La Monumental "Cayambe".
MERCADOS:
El de todos los días, en el sur; el de los domingos, en el norte; y almacenes
de toda clase.
CENTROS DE
ESPECTÁCULOS: "Ernesto Albán", "Centauro"
y Teatro Municipal "Luis Felipe Borja".
PARA
MOVILIZACIÓN: Transporte en buses, taxis y camionetas.
PARA CASOS DE
INCENDIOS: un pequeño Cuerpo de Bomberos.
ACCIÓN DE
VOLUNTARIOS: Grupo de la Cruz Roja Juvenil.
SALUD:
Hospital "Raúl Maldonado Mejía", Patronato del Niño y la Familia
(Filial del INNFA), clínicas y consultorios particulares.
SEGURIDAD:
un Destacamento Policial y una Compañía de Vigilancia y Seguridad Privada.
CAYAMBE, LA BELLA CIUDAD DEL SOL
"Cayambe lindo donde yo nací,
ciudad hermosa de mi frenesí,
cantarte quiero con el corazón,
quien te conozca sentirá emoción".
(Pasacalle de Gabriel Meza Velásquez)
Entre tantos coterráneos sobresalientes, mencionamos a unos pocos:
Nasacota Puento (héroe nacional).
Dolores Cacuango (lider campesina).
Jesús Gualavisí (lider campesino).
Rubén Rodríguez Mera (político visionario).
Tránsito Amaguaña (líder campesina).
P. Urcisino Aguirre ("sacerdote virtuoso y orador insigne").
Humberto Fierro Jarrín (poeta nacional nacido en su hacienda
"Miraflores").
Natalia Jarrín de Espinoza (bondadosa mujer, digno ejemplo de
filantropía).
Sergio Mejía Aguirre (autor del célebre pasillo "Negra Mala"),
Luis H. Jarrin (sabio maestro de maestros).
Segundo Antonio Barriga Quinatoa (autor del Escudo Cantonal).
Prof. David Manangón (autor de la letra del Himno de Cayambe),
Gabriel Meza Velásquez (autor de la música del Himno de Cayambe).
Luis H. Salgado (compositor nacional).
José Ignacio Canelos (compositor).
José Antonio Vergara Garcés (médico y compositor).
Aquiles Pérez Tamayo (historiador).
César Augusto Tamayo Medina (poeta y profesor universitario).
Rosa Hortensia Maldonado Bedoya (maestra, poetisa y compositora).
Honorato Barrera Aguirre (profesor y cronista de los principales hechos
históricos de Cayambe, en la época contemporánea).
Rogelio Novoa Cárdenas (artesano, dramaturgo, relatista y versificador).
Néstor Villalba Mera (odontólogo, ex-concejal y ex-consejero provincial,
designado por la municipalidad como "Hijo Ilustre de Cayambe").
Gerardo Alvarez Vaca (poeta e investigador de la historia cantonal).
Luis Guzmán (poeta, maestro particular, periodista, compositor y
promotor cultural).
Gustavo Vaca Maldonado (relatista, autor de artículos de prensa con
temas de fondo histórico).
Neptalí Ulcuango (estudioso de la realidad campesina del cantón y
traductor de la narrativa de Cayambe al idioma quichua).
Carlos Raúl Pérez Garcés (historiador).
Fausto Jarrín Zambrano (político, periodista profesional y escritor,
primer Alcalde de la I. Municipalidad).
Edgar Ramírez Espín (periodista televisivo que difundió por muchos años
el folclor de Cayambe en varios países del mundo).
Amílcar Fonseca Jiménez (pintor nacional).
Carlos Fonseca Jiménez (figura internacional del atletismo).
Corina Mideros (valor nacional del básquetbol)
Digna Meza Perugachi (figura internacional del andinismo).
Ricardo Jarrín (destacado ciclista nacional).
Ernesto Maldonado (destacado ciclista nacional).
Guillermo Albornoz (valor internacional del fútbol).
GLOSARIO
BREVE
alpargatas.- alpargatas, calzado de tejido de cabuya con capelladas y
taloneras de algodón.
capellada.- capa hecha de tejido de algodón para cubrir el empeine del
pie.
cayambis.- tribus primitivas que poblaron lo que hoy es el territorio
del cantón Cayambe.
careta.- máscara de fina malla que utiliza el aruchico para cubrir la
cara.
cacho.- pedazo de cuerno de ganado vacuno, utilizado como instrumento
musical de soplo, en la fiesta sampedrina, entre los aruchicos del lugar.
capariche.- uno de los personajes secundarios que integran el grupo de
aruchicos, en la fiesta solar y sampedrina. Es el que recorre con escoba y
simula barrer las calles. Entre nosotros se le dio el nombre de
"muchilando".
cencerro.- conjunto de campanillas de bronce que carga el danzante
solar, mientras interviene en el baile de la fiesta.
cuero de res.- piel seca de ganado vacuno.
cuy.- cobayo o " conejillo de indias"; el preparado de cuy es
el plato más delicioso de la milenaria cultura andina.
culantro.- hierba comestible que hoy llaman cilantro (sirve para el
condimento de ciertos platos, en el arte culinario)
color, ajo y comino.- vegetales andinos que sirven de condimento.
bizcocho.- masa compuesta de harina, huevos y mantequilla, que se cuece
al horno. Es un bocado sabroso muy apetecido local, nacional e
internacionalmente, lo que hoy constituye la identidad culinaria de Cayambe, lo
mismo que los quesos, el manjar y el yogur de estos últimos tiempos.
bizcochero.- persona dedicada a la fabricación del bizcocho.
champús.- deliciosa colada del dulce, de harina de maíz con mote y otros
condimentos, bajo el sistema de la fermentación.
chochos.- cereal andino muy delicioso y nutritivo.
Chaguarpungo.- (en quichua) terreno donde crecen los pencos verdes o
"agaves americanos" o pitas. Chaguarpungo es el topónimo
correspondiente a un sector rural de la parroquia Juan Montalvo.
chivo.- el macho de las cabras. Mamífero caprino. Macho cabrío.
guata pur guata.- expresión interjectiva que repiten coralmente los
aruchicos, bajo la dirección del taquidor: año por año (de año en año)
Huaira Guacta.- (en quichua) topónimo que se refiere a un sector de la
hacienda "El Hato", parroquia Juan Montalvo. Quiere decir: golpe de
viento.
Inti.- (en quichua) Sol, dios de los incas.
Ishigto.- (en idioma anterior a la aparición del quichua). Topónimo que
señala un lugar de la parroquia Juan Montalvo. Dicen que la palabra es el
resultado de la deformación fonética de Egipto. Hay quienes afirman que los
egipcios se extendieron hasta la América en tiempos remotos.
jícama. - un tubérculo, fruto de la jícama, una planta de la serranía,
vegetal en extinción. Se la come cruda, luego de endulzarla por algunos días
exponiéndola a los rayos solares, como las ocas.
máshua.- un tubérculo andino que, para cocinar y servirse, hay que
someterlo, como las ocas, al proceso de endulzamiento ante los rayos solares.
maní.- cereal andino que se utiliza en el condimento de ciertos potajes.
mellocos y ocas.- tubérculos andinos muy apetecidos por el pueblo aborigen
y mestizo.
miso.- planta nativa que crece en los valles templados de la serranía.
Sus raíces son comestibles y se parecen, en cierto modo, a la yuca. Es una
planta en extinción.
mishqui shungulla.- (en quichua) Corazón cariñoso, dulce.
Nasacota Puento.- héroe nacional, cacique nativo del lugar, gobernante
de los primitivos cayambis. Organizó la resistencia a la invasión incaica de
Huayna Cápac.
tsía tsía.- (en idioma milenario anterior al quichua). "La cabeza
tsía tsía" es la cabeza cargada de liendres.
zambos y zapallos.- variedades de calabaza.
LA
FUNDACION DIABLUMA
A lo largo de estas últimas décadas,
cercanas al fin del siglo, la iniciativa y esfuerzo particular de varios
coterráneos se han hecho presentes en la conformación de instituciones y grupos
dedicados a la promoción de la cultura, dada la intensa actividad literaria,
musical, artística y artesanal de esta ciudad y las parroquias del cantón.
Todos aquellos grupos entregaron en su tiempo, su generoso y entusiasta aporte,
dentro de sus posibilidades.
Esta vez aparece en el escenario
cantonal y nacional la Fundación Diabluma, integrada por 28 jóvenes que desde
hace varios años se hallan vinculados en el quehacer musical, literario y
artesanal, quienes, luego de una reunión previa, efectuada el 17 de diciembre
de 1995, en el domicilio de Julio Torres Cisneros, deciden, la noche del 16 de
febrero de 1996, organizarse bajo la perspectiva de una Fundación, para
trabajar, con dinamismo y constancia, por la difusión de lo que ha sido, es y
quiere ser Cayambe, en el campo de la actividad cultural y turística,
proyectando los valores tradicionales, históricos y folclóricos del cantón.
En su corta existencia, la Fundación,
cuya personería jurídica se halla en trámite, ha editado sus primeros cassettes
de recopilación de las coplas sampedrinas y su primer video sobre la identidad
milenaria de Cayambe y sus fiestas tradicionales de San Pedro y del Sol.
Integran esta agrupación los artistas
siguientes: Gerardo Cabezas, Patricio Esparza, Alicia González, Margarita
González, Edwin Hidalgo, Sofía Imbago, Oswaldo Imbago, Ignacio Méndez, José
Maldonado, Silvia Meza, Flora Ortega, Freddy Ortega, Celio Peñafiel, Aníbal
Puga, Fausto Peña, Rocio Quinchiguango, Martha Quinchiguango, Fabián
Quinchiguango, Alberto Quishpe, Angel Rundo, Juan Sandoval, Byron Solís,
Geovana Taipe, Julio Torres, Gloria Túquerres, Fernanda Vásquez y Blanca
Velasco.
Son sus directivos: Dr. Aníbal Puga
Peña, director; Lcdo. Freddy Ortega, subdirector; Lcdo. Fausto Peña,
relacionador; Julio Torres Cisneros, secretario; Martha Quinchiguango,
tesorera; y, Lcdo. Oswaldo Imbago, coordinador.
La FUNDACUT, Fundación DIABLUMA, de Arte, Cultura y Turismo, con sede en esta ciudad (teléfonos 360-249 y 361-596), ha publicado ya sus dos cassettes de recopilación de coplas sampedrinas y un interesante video sobre la Fiesta del Sol y de San Pedro en la Mitad del Mundo.
HACEN EL GRUPO DIABLUMA:
Izquierda, mujeres: Sofía Imbago, Flora Ortega, Martha Quinchiguango, Rocío Quinchiguango, Alicia González, Blanca Velasco, Gloria Túquerres.
Hombres: Aníbal Puga, Luis González, Julio Torres, Juan Sandoval, Carlos
Hidalgo, Freddy Ortega, Oswaldo Imbago.
Poeta, periodista de vocación, maestro particular de cultura popular, compositor nacido en el valle de Cayambe y actualmente bibliotecario municipal y miembro de la Asociación de Escritores del Norte de Pichincha.
PENSAMIENTOS SUELTOS
Que Cayambe no sea solamente para contemplarlo al paso,
sino un lugar
acogedor donde quedarse algunos días.
Cayambe un destino del turista,
un lugar a donde se va,
no un lugar por
donde se pasa.
El turista es el amigo que nos visita.
Depende de nosotros el que vuelva.
CONTENIDO
- Por la identidad de Cayambe
- La imagen milenaria de Cayambe.
- Los personajes de la fiesta.
- Cangagua preserva aún la pureza de su folclor.
- El folclor de Pesillo
- En las demás parroquias.
- Los instrumentos musicales
- ¿De dónde es el sanjuanito?
- Los cambios inadecuados y riesgos
- La entrada, "toma o ganada de la plaza"
- Las ñustas
- La rama de gallos
- El gallo capitán
- Las coplas.
- Los castillos
- La nominación oficial de las fiestas
- Y en las octavas de Juan Montalvo.
- Comidas y bebidas típicas.
- La chicha
- El uchujacu
- El cariucho o mediano
- Puntiatsil, el templo del Sol y de la Luna
- Una decisión histórica
- Cayambe para el turismo del tercer milenio
- Bienvenidos a Cayambe
- Breve guía informativa
- Personalidades del cantón
- Glosario Breve
- La Fundación Diabluma
DE CAYAMBE
Luis Guzmán
Primera Edición
Registro de Derechos
de Autor N°010473
del 21 de febrero de 1997
ISBN 9978-40-085-0
Taller gráfico OFAR Diseños
Calles Ambato 432 y Guayaquil
Telf.: 518 637. Quito.
Publicación ordenada por
la I. Municipalidad de Cayambe.
Fotografías de la
Fundación DIABLUMA.
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